El pulmón tiene dos
circulaciones: una circulación de bajo flujo y alta presión y una circulación
de alto flujo y baja presión. La circulación de bajo flujo y alta presión
aporta la sangre arterial sistémica a la tráquea, el árbol bronquial incluidos
los bronquíolos terminales, los tejidos de sostén del pulmón y las capas
exteriores (adventicias) de las arterias y venas pulmonares. Las arterias
bronquiales, que son ramas de la aorta torácica, irrigan la mayoría de esta
sangre arterial sistémica a una presión solo ligeramente inferior a la presión
aórtica.
Por otro lado, la circulación de
alto flujo y baja presión suministra la sangre venosa de todas las partes del
organismo a los capilares alveolares en los que se añade el oxígeno (O 2 ) y se
extrae el dióxido de carbono (CO 2 ). La arteria pulmonar, que recibe sangre
del ventrículo derecho, y sus ramas arteriales transportan sangre a los
capilares alveolares para el intercambio gaseoso y a las venas pulmonares y
después devuelven la sangre a la aurícula izquierda para su bombeo por el
ventrículo izquierdo a través de la circulación sistémica.
VASOS PULMONARES
La arteria pulmonar se extiende
solo 5 cm más allá de la punta del ventrículo derecho y después se divide en
las ramas principales derecha e izquierda, que vascularizan los dos pulmones
correspondientes. La arteria pulmonar tiene un grosor de pared un tercio del de
la aorta. Las ramas de las arterias pulmonares son cortas, y todas las arterias
pulmonares, incluso las arterias más pequeñas y las arteriolas, tienen
diámetros mayores que sus correspondientes arterias sistémicas. Esta
característica, combinada con el hecho de que los vasos son delgados y
distensibles, da al árbol arterial pulmonar una gran distensibilidad, que es en
promedio de casi 7 ml/mmHg, que es similar a la de todo el árbol arterial
sistémico. Esta gran distensibilidad permite que las arterias pulmonares se
acomoden al gasto del volumen sistólico del ventrículo derecho. Las venas
pulmonares, al igual que las arterias pulmonares, también son cortas. Drenan
inmediatamente la sangre que les llega hacia la aurícula izquierda.
VASOS BRONQUIALES
La sangre también fluye hacia los
pulmones a través de arterias bronquiales pequeñas que se originan en la
circulación sistémica y transportan el 1-2% del gasto cardíaco total. Esta
sangre arterial bronquial es sangre oxigenada, al contrario de la sangre
parcialmente desoxigenada de las arterias pulmonares. Vascularizan los tejidos
de soporte de los pulmones, como el tejido conjuntivo, los tabiques y los
bronquios grandes y pequeños. Después de que esta sangre bronquial y arterial
pase a través de los tejidos de soporte, drena hacia las venas pulmonares y
entra en la aurícula izquierda, en lugar de regresar hacia la aurícula derecha.
Por tanto, el flujo hacia la aurícula izquierda y el gasto del ventrículo
izquierdo son aproximadamente un 1-2% mayores que el gasto del ventrículo
derecho.
VASOS LINFÁTICOS
Hay vasos linfáticos en todos los tejidos de soporte del pulmón, comenzando en los espacios tisulares conjuntivos que rodean a los bronquíolos terminales, y siguiendo hacia el hilio del pulmón, y desde aquí principalmente hacia el conducto linfático torácico derecho. Las sustancias en forma de partículas que entran en los alvéolos son retiradas parcialmente por medio de estos vasos linfáticos, y también eliminan de los tejidos pulmonares las proteínas plasmáticas que escapan de los capilares pulmonares, contribuyendo de esta manera a prevenir el edema pulmonar.
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